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lunes, 13 de septiembre de 2010

Nueva vida

Cuando llegaron al dormitorio, a todos les pareció evidente y asintieron al unísono: suicidio con barbitúricos.
Lo que nadie vio es que el detective había colocado disimuladamente en la mesilla, un frasco con pastillas azules. Y nadie quiso ver tampoco el ostentoso coche en el que llegó el forense. Tampoco vio nadie el nuevo sello de oro que el juez llevaba en su dedo.
No se si alguien vio a la difunta, porque a decir verdad, la cama estaba vacía.
Aún así, certificaron su muerte.
Mientras, en un trasatlántico, una nueva mujer con gafas de carey se embarcaba en otra vida.

10 comentarios:

  1. Una nueva vida que salió muy cara. Sencillo y directo. El título actúa muy bien porque nos confunde con el final y la última frase lo descubre todo. Me gustó, Ángeles.
    Saludos.

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  2. Me gustó, sí señora! Y el cajón irá lleno de piedras.
    Saludos!

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  3. Me gusta como vas desvelando poco a poco el misterio, como abriendo cajas y destapando secretos. Un abrazo.

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  4. Coincido con Maite, el micro se va abriendo, desvelando, frase a frase. Un acierto.
    Saludos.

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  5. Genial.
    Está claro que la información que se transmite es la de quien más paga.

    Un beso.

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  6. Me gusta especialmente cuando se desvela que no había ni cuerpo... es fantástico, en el más estricto sentido de la palabra, y real como la vida misma. Abrazados :)
    Abrazos

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  7. Hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás... :-)

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  8. Yo me encargo de todo el jaleo de la funerario. A buen precio. Muy chulo el micro!

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  9. Seguro que tenía buenas influencias jeje.

    UN abrazo

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  10. Pues efectivamente tenía muy buenos contactos, ya se sabe, el dinero.

    Pablo, eso de los preparativos funerarios sin cadáver, da para otro cuento.

    Cyb. que viene a ser lo mismo pero más fino. Un saludo.

    Anita, me alegra que lo consideres fantástico y real, ahora que conocemos la gran cita del abuelo de Pablo Gonz (publicada en su blog). Un saludo abrazado tambien.

    Tor. eso es lo que suele pasar desgraciadamente todo tiene un precio, hasta la muerte.

    Patricia, gracias por ir abriendolo con tu lectura. Un saludo.

    Maite, gracias!

    Claudia, no se qué se llevará en la maleta la mujer de las gafas de carey, lo que es seguro es que un buen fajo de menos.Gracias por venir.

    Alberto, esta mujer estaba forradísima pero aborrecía su vida, una nueva, ya ves, un lujo al alcance de unos pocos. Un saludo.

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