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viernes, 9 de agosto de 2013

Amores prohibidos

El edificio nos mira perezoso con su bostezo de ventanas entreabiertas. Nuestro teatro de gorriones disfrazados siempre le causó un llanto silencioso y aburrido. Y sin embargo, hoy nos regalará su aplauso de balcones y visillos, de ojos asomados al palco de una nueva vida. Hoy, traspasaremos nuestra jaula callejera y seremos todo lo que pudimos haber sido. Viento jugando entre tus faldas. Hojas secas cosidas al asfalto. Lunares mudos. Gestos escapando de nuestros cuerpos indecisos. Y luego, susurraremos nuestros deseos al paraguas de los viajes sin retorno y nos marcharemos lejos. Y, sobre su lomo rojo, veremos la ciudad en miniatura. Tal vez entonces, ese aplauso no se oiga, tal vez quede adormecido por nuestra lluvia de plumas grises. Las que caerán desde el cielo sepultando el escenario donde antes habitaban dos ángeles malditos.

8 comentarios:

  1. Como dicen en no recuerdo que película... "Joder, eso es poesía"

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  2. Precioso Ángeles, muy visual.

    Abrazos.

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  3. Con tu permiso, me guardo esta preciosura en mi twitter, Ángeles. Tu bella escritura me alegra la vida

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  4. Ángeles malditos. Me gustó mucho, pero todavía espero letras para las muchas ranas veraniegas jeje. Yo por pedir...
    saludillos croados

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  5. Me encantó todo el microrrelato, pero lo de la primera frase me parece ya de escándalo!

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  6. Ser lo que pudimos haber sido para dejar de ser dos ángeles malditos. Quién preguntará a los ángeles si les gusta eso que son.
    Una preciosidad :)
    Abrazos

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  7. Los relatos que suceden de lugares deshabitados antaño ocupados y llenos de vida, deben poseer un difícil equilibrio para no caer en lo fantasmagórico o escalofriante. Tu relato tiene ese equilibrio. Felicidades hermanita.

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  8. Me gusta este texto, una preciosidad.Me encantó visitarte.Te sigo.Saludos.

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