Un lunes se encontraron en los lavabos de la planta 13 del edificio de oficinas centrales. Sin poder remediar su creciente odio, y echándole en cara que acosaba a su mujer, le retó en duelo.
El martes a las nueve, aquí en los retretes, solos tú y yo.- dijo.
A la mañana siguiente, caminaron tres pasos en direcciones opuestas, se dieron la vuelta. Un disparo. El espejo se hacía añicos, mientras en su sien, un cristal le sesgaba la vida.
Capullo!!! me sonabas demasiado, repetía al tiempo que se desangraba.
ResponderEliminarAl menos murió sabiendo quién era.
Afornunadamente creo no tener enemigos que me reten en el water.
ResponderEliminarPuñetero espejo, fuente de problemas e inspiraciones.
ResponderEliminarTengo serias dudas con SESGAR/SEGAR, porque solemos hablar de segar la vida. Aunque sesgar, también es cortar con sesgo, torcido, en diagonal...
Y para un duelo, no hay mejor sitio que el reterrete...
Un duelo consigo mismo, con final trágico por ambas partes y donde el reflejo interactúa. Es increíble la infinidad de relatos que generan los espejos, y no es fácil sorprender. Me gustó. Un beso.
ResponderEliminarA veces, y según dicen, uno mismo es su peor enemigo, en el water y en cualquier lugar. Gracias Manuel por comentar. Un saludo.
ResponderEliminarPropílogo...me generas dudas a cerca de sesgar y segar, a ver si alguien nos saca de estas serias incertidumbres...mientras nadaremos en ellas y disfrutaremos de la sabia ignorancia del que duda.
Maite, los espejos son misteriosos, en ellos cabe todo lo que puedas imaginar, de ahí que existan tantos relatos a su alrededor. Con sorpresa o sin ella este ha sido mi primer micro-espejo-relato. Un beso.
A quien se le ocurre ir al piso 13 a los lavabos...y el martes, allí puede pasar de todo, y más si hay espejos que se rompen por medio, la suerte estaba echada!
ResponderEliminarUn relato muy supersticioso Angeles
Coincido con Maite en la cantidad de juego que dan los espejos, incluso cuando se rompen.
ResponderEliminarMe ha parecido muy bueno,
Un abrazo
En un principio iba a titularlo "mala suerte", pero la suerte estaba echada y le cambié el título. Un saludo Anita.
ResponderEliminarGracias Su, a pesar del juego que dan los espejos, me resultó difícil escribir uno. Por cierto, espero tu micro sobre lo que hablabamos el otro día. Un saludo.
Murió el bipolar...y su reflejo.
ResponderEliminarUn beso.
Está muy conseguido este duelo en los lavabos. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos.
Hay veces que los espejos son nuestro peor enemigo y reflejan lo peor que llevamos dentro.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato.
Un beso amigo
Muy bueno, que mala suerte, vencido al final por su reflejo (y viceversa)
ResponderEliminarLo del duelo me ha gustado, en plan western moderno...
Te invito a leer mi Duelo al sol.
ResponderEliminar(Ya tengo ganas de ponerme a escribir otro western... :D )
Manera de suicidarse tan original. ¿Asesinó su propia conciencia? Indudable que los espejos son fuentes magicas llenas de historias y cuentos. Excelente knock out. Un abrazo.
ResponderEliminarDamm. Lo vi venir n///n
ResponderEliminarSaludos !
Y el espejo tambien falleció, esos que sepamos. Un saludo Tor.
ResponderEliminarHéctor ya sabes que los espejos no guardan secretos, ni pactan, ni hablan...con desconocidos. Un saludo.
Gracias Lola por venir y comentar.
Desde luego para el que se atreva a mirar lo peor de uno mismo está ahí dentro. Un saludo Odile.
Gotzon, leí tu relato del lejano Oeste, me gustó y además está muy bien amenizado con esa música, y el mapa y todo!. Un saludo.
Héctor, creo que eso trababa, pero le salió mal el tiro.
Kappie, un saludo.
Pues yo no me lo esperaba. Puñetero espejo.
ResponderEliminarSaludos