Los “Pájaros nadadores”, como escribe Thomas Wurls en sus Crónicas de Viajes Imposibles, vinculando su nomenclatura al aspecto físico que presentan, híbrido entre pez y ave, fueron descritos por un famoso navegante, en su cuaderno de bitácora, en el que cuenta que viajaron durante un año, sobrevolando un arca repleta de otras especies más o menos afortunadas, de cuyos cadáveres se alimentaban, por lo que se les atribuye una alimentación omnívora de tipo carroñero.
Añade, T.W. que poseen unos cubículos reversibles alrededor de todo su cuerpo, que usan a su antojo dependiendo del tipo de fluido por donde se muevan; así en el aire poseen plumones, así en el agua poseen escamas.
Desovan en el sauce llorón a finales de otoño, cuando las lágrimas de estos arbóreos seres son más melancólicas, y les proporcionan la humedad necesaria para la correcta maduración del huevo.
Una vez roto el cascarón, tras unos 21 días, poseen el reflejo de impronta, decisivo para su supervivencia. Aunque en los últimos años, existe una clara tendencia a seguir a gusanos de seda, que acaban devorando, lo que les ha creado una serie de traumas freudianos, como puede comprobarse en su renqueante y culposo vuelo.
Me gusta mucho cuando un escritor apoya su cuento o micro en libros existentes o no, dando pelos y señales de ellas, casi como referencias bibliográficas. Le da un aire de autenticidad que me encanta. Como has hecho exactamente tú.
ResponderEliminarY el apunte final a los traumas freudiandos de los peces, ya es lo más.
Que risa lo de los traumas freudianos. Me gusta.
ResponderEliminarSaluditos.
Me ha dejado gusto a Metrópolis y Grandes Documentales metidos en una coctelera. Interesante.
ResponderEliminarA mi lo que me encanta es la desovación con lágrimas melancólicas.
ResponderEliminarPrecioso, divertido, con aire de documental, ... lo tiene tó!
Abrazos
Jeje, pues a mí me has traído a la mente a Félix Rodríguez de la Fuente.
ResponderEliminarAbrazos
Curioso este micro, aquí creo que experimentas nuevos campos, algo muy saludable, y que además, no te ha salido nada mal. Este texto es un poco híbrido de Rodríguez de la Fuente y Alberti ;) Un abrazo fuerte
ResponderEliminarTienes arte para imaginar especies. Quien sabe si esta existió o existirá alguna vez...
ResponderEliminar¿Porque no lo presentas al certamen de ciencia ficción de artgerust??
Fantástico este microrrelato, y no sólo porque sus pájaros sean nadadores, sino por la forma en que está escrito, a modo de documental.
ResponderEliminarBesos voladores.
Delicioso, divertido, surealista. Me encantó.
ResponderEliminarBesos voladores.
El texto es muy bueno, Ángeles; se percibe una gran elaboración y trabajo tras él. Lo único que me produjo cierto chirrido es la gran cantidad de oraciones subordinadas del primer párrafo, marean un poquito. Tal vez le vendría bien un punto seguido por ahí. Pero ojo ésta es sólo una opinión de novato, el texto, como dije, es muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Absolutamente genial, Ángeles.
ResponderEliminarSoy, en parte, subjetivo, porque el estilo de pretendida asepsia documental me atrae mucho. Pero le has añadido esos toques poéticos, nada asépticos. Desovar en un sauce llorón es una de las cosas más brillantes que he leído en los últimos miles de párrafos.
Felicidades.
Si pudiera pedir, pediría que te regalen un libro de láminas de animales, y que te curres un micro para cada una. Creo que acabas de desovar una interesantísima semilla. Ojalá.
Abrazos zoológicos.
Muy bueno, Ángeles: ¿este relato forma parte de una serie?
ResponderEliminarAbrazos,
PABLO GONZ
Muy borgiano el microrrelato, pero lo que le da un giro notable es lo de los traumas freudianos. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente técnica, Ángeles. Te quedó bastante bien. Tampoco sé si existió, pero aquí hay vida muy peculiar. :)
ResponderEliminarLas referencias, le dan un sentido fantástico.
Saludos.
Puedes tardar todo lo que quieras. Te seguiremos extrañando.
ResponderEliminarSin más asunto... Besos.