Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí. Pese al abismo biológico que nos separaba, me pareció de mala educación no presentarme. Tras intentar varias veces darme la vuelta sobre mi coraza azabache, conseguí ponerme boca abajo y le tendí una de mis numerosas patas.
Soy Gregor Samsa, y aunque ahora cueste creerlo antes trabajaba como comerciante de paño.- le dije afligido. Soy el dinosaurio de Augusto, y aunque no lo parezca, pronto me convertiré en el microrrelato más leído de la historia.- me dijo sonriente.
Muy bueno!!!
ResponderEliminarY sí, cuesta creer pero ¡¡¡aquí estamos!!!
Todo es posible.
A pesar de que estoy un poco cansada del dichoso dinosaurio, me gustó este frente a frente de dos clásicos.
ResponderEliminarBesos luneros.
Lo cierto es que no haya un personaje con más referencias que este dinosaurio.
ResponderEliminarMuy acertada la interacción con el otro icono
Je, je, Presentaciones literarias.
ResponderEliminarBesos.
Dos ejercicios en uno! Muy bueno, Ángeles, y divertido.
ResponderEliminarAbrazos.
Interesante ejercicio, Ángeles. Qué gran idea juntar a esos dos personajes.
ResponderEliminar"Pese al abismo biológico que nos separaba, me pareció de mala educación no presentarme"
Esa frase me mató de risa... y de algo más. Genial.
Besos en el buzón...
Me encantó Ángeles. Una gran idea unir a estos dos colosos. Idea lograda de maravillas.
ResponderEliminarUn abrazo
Genial, Angeles!
ResponderEliminarUn beso.
Una especie extinguida más presente que el dinosaurio en la literatura no habrá, desde luego. Me pasa como a Lola, veo dinosaurios hasta en sueños ;) pero tú has conseguido que uno más, parezca uno diferente. Muy buen juego entre ambos clásicos, me ha encantado. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar¡Excelente, Ángeles! Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Yo quiero un dinosaurio de Mascota y espero que este micro vuele y se lea y se lea.
ResponderEliminarGenialísimo Ángeles
ResponderEliminarAdoro a Gregorio Samsa!!! Y ahora al dinosaurio también, conocedor de su fama
Y a ti... ya lo sabes
Abrazos
jajaja me ha encantado este giro literario y ese tono resignado del dinosaurio. Genial
ResponderEliminarSaludillos
Jejej, seguro que al ser tan conocidos en realidad cada uno reconoció al otro (sin presentaciones). Encuentro fructífero diría yo. Besos
ResponderEliminarRocío
Buen encontronazo.
ResponderEliminarIntertextualidad. Una excelente minificción para lector aplicado.
ResponderEliminarUn abrazo, Ángeles.
Muy buen micro, Ángeles, además de ingenioso tiene su punto de humor y es muy visual, consigues que realmente veamos al enorme escarabajo tendiendo la mano al dinosaurio.
ResponderEliminar