A menudo, me frecuenta un tiempo que no existe. Me seduce con sus cantos de sirena, para que vuelva.
Intento distraerme de sus añoranzas pensando en otro, remando en un barco a la deriva sin oleaje aún.
En mitad de esa cuerda atemporal, de esa marea de segundos, entre pasado y futuro, dejo a un lado mis remos, mis apuntes, para nadar en esa parte del tiempo que es mia.
Y, sin velas, sin mapas, reposar el alma en el atardecer de un mar en calma.
Interesante y esperanzador ese futuro.
ResponderEliminarYo, sino fuera por la edad, no dudaría en jubilarme ahora mismo hasta que mis ojos se llenen de atardeceres y mi alma encuentre calma.
Reposar en el presente... y es verdad, viviendo el presente, se vive más tranquilo, sin llorar las nostalgias, sin expectativas de lo que vendrá.
ResponderEliminarPrecioso Ángeles!
Abrazos presentes
Dejarse llevar por el mar anestesiado del presente, y no mirar atrás ni hacia adelante, intentar disfrutar del momento, porque el tiempo, es nuestro peor enemigo.
ResponderEliminarUn placer leerte.
besos
Me vino a la mente el tiempo de flotar en la placenta, con la mente vacía de vida exterior, con el sonido de los latidos maternos como único nexo con el otro.
ResponderEliminarUn relato muy relajante Ángeles!
Saludos!
Este relato está perfectamente enmarcado en la etiqueta "prosa poética", es un placer leerlo, como dice Claudia, relaja. Un beso.
ResponderEliminarEstar, sin pensar. Sin en pensar en lo que ha sido, sin pensar en lo que vendrá. Simplemente estar.
ResponderEliminarQue paz.
Sopesando que pudiésemos volver, ese pasado ya no sería el mismo, y seguiríamos añorándolo. El futuro no existe ¿o alguien ha estado en él?. Así que mejor o peor nos tocará vivir el presente.
ResponderEliminarEn el Alma está dibujado nuestro plano vital.
ResponderEliminarUn beso Ángeles
Precioso Angeles :) te sigo aqui también
ResponderEliminarSimplemente genial, Ángeles. Hablar del pasado y el futuro sin nombrarlos apenas... o nombrándolos de esa forma tan... Realmente una preciosidad.
ResponderEliminarLa primera frase y la última me parecen dignas de... no sé, cualquiera de los grandes. Eres grande.
Mi sombrero.
Pd: con tu permiso lo cuelgo en sugerencias.
Angeles! A veces estamos entre dos mundos. Ni somos el ayer que fuimos, ni el futuro que seremos. Al salirnos del tiempo y de sus mareas... La calma y la fuerza. Gracias por estos pensamientos.
ResponderEliminarSigo paseando por tu bitácora. Hartos hallazgos.
ResponderEliminarBicefalepena, el futuro ese llega, no hace prejubilarse. Un saludo y bienvenida.
ResponderEliminarAnita, pero qué difícil resulta a veces limitarse a ese presente. Un saludo.
Eloy, yo creo que el tiempo puede ser un fabuloso aliado si sabemos nadar entre sus minutos. Un saludo.
Claudia, poderosa tu imaginación, me encanta lo que te ha suscitado esta lectura, y ese remanso de paz. Un saludo.
Maite, te agradezco que me digas lo de la etiqueta pues en un principio dudé. Gracias.
Su, simplemente y difícilmente al mismo tiempo.
ResponderEliminarCyb. yo creo que los que no seríamos los mismo seríamos nosotros, lo queramos o no, se cambia a cada paso.
Torcuato, el alma lleva tatuados nuestros anhelos.
Adriana, gracias por venir.
Kum, agradezco tus palabras, y el que cuelgues este escrito en tus sugerencias. Gracias.
ResponderEliminarManuel, gracias a ti por venir.
Javier Perucho, bienvenido.
Poesía pura. Muy bello.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Lola
ResponderEliminarReposar el alma asi!,hermosamente hermoso.
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