Se levantó de la silla al otro lado de la mesa, sujetando su fonendoscopio con ambas manos, mientras colocaba la noticia en alguna parte de su cuello. Cuando estuvo a dos palmos de mi, supe que era algo grave. Luego, de su garganta salieron síntomas, secuelas, pruebas y analíticas que me apuntaban como portador de aquel extraño mal. Sin embargo, su voz era tan melodiosa, que abrí de par en par mi cuerpo a cada una de sus fatalidades. Ingresé de inmediato.
Al día siguiente vino a visitarme. Se colocó a los pies de la cama. No me miró a los ojos. Creo que se sentía culpable. Sólo dijo un lo siento, mientras cogía de nuevo la baraja y extraía la carta para su próximo paciente.
Me has maravillado Ángeles, la manera en que cuentas la historia, desde... suertes echadas.
ResponderEliminarUn aplauso
wow. No entendia absolutamente nada, y sin embargo me encanto :)
ResponderEliminarUn echador de cartas o un portador de malas noticias... espero que la próxima carta salga mejor.
ResponderEliminarUn abrazo Angeles
Este 'echador de cartas' como dice Anita, para mí es la sublimación de un médico.
ResponderEliminarOjalá me equivoque así tu personaje tendrá mejor chance.
Un abrazo.
Un micro genial!
ResponderEliminarUn placer visitarte.
Un abrazo de josef.
Gracias Su por ese aplauso comprensivo.
ResponderEliminarAdriana, eres genial! ese no entendía nada absolutamente y meencantó, gracias. Un beso.
Anita, el médico tenía una baraja de nefermedades que iba repartiendo entre sus pacientes. Un abrazo.
Patricia, no hay que preocuparse demasiado por los personajes, saltan de micro en micro a su antojo, seguro que unos post más allá ha cambiado de profesión.
Un beso.
Moderato, gracias por tu visita!
En realidad los médicos hacen eso: Echan suerte, pero su prepotencia les impide reconocerlo.
ResponderEliminarUn beso.
Y a veces, Tor, incluso aciertan, e incluso a veces, se equivocan! Un abrazo.
ResponderEliminarLa cuestión es si esa baraja es la de ellos o es la de cada uno,Maite, lo que nos ha tocado en suerte o en desgracia. Un abrazo.
Qué manera de narrar! Muy bueno, Ángeles, un ejercicio fabuloso.
ResponderEliminarUn abrazo.
David.
Gracias David eres muy generoso. Un abrazo
ResponderEliminarLas cartas están malditas. O la gente. O el señor.
ResponderEliminarMe gustó.
Un saludo.