Se acomoda, estira la espalda, y acota el tiempo que le resta para entregar los planos a la constructora. El calculista tira varias líneas de fuerza sobre el boceto, proyecta los vectores de las cargas sobre la estructura mientras el rascacielos se va trasformando, poco a poco, en una serie de números a interpretar. Cuando consigue determinar la estabilidad de la construcción, observa algo dentro del edificio. Es la silueta de un hombre que se asoma a la ventana del piso nueve. Se sienta en el alféizar y columpia sus pies, al tiempo que se da cierto impulso con las manos. Justo cuando la silueta pierde todos los amarres, el calculista rompe el boceto. Convencerá a la constructora y al arquitecto ( ahí es nada) de que el terraplén no aguantará un edificio de veinte plantas. Mejor construir adosados.
Asombroso! A veces las manchas en un papel nos hace ver la realidad. Buen texto. Aunque ¿Qué es un calculista? Me suena a esos individuos que salían en la tele frente a una pizarra desbordada de números. :)
ResponderEliminarVeo dos interpretaciones.
ResponderEliminarEn una la buena obra la hace el calculista, evitando con el cambio de planes/os un futuro suicidio u accidente. En la otra es el hombrecillo el que evita una catástrofe impidiendo que el proyecto de ese edificio en concreto siga adelante. Pero lo que es verdaderamente interesante es tu manera de contarlo, desde la tranquilidad que emana de las palabras escritas.
Jajaj Rubén, un calculista en el argot de la construcción es un tipo que calcula la estabilidad de la estructura del edificio, puede ser el arquitecto ( pero este suele decicarse a parir edificios imposibles y cada vez más feos); generalmente es un ingeniero mecánico, (y no me digas que te suena al señor que arregla los coches en le taller..jejej, porque mi coche lo tengo en el taller y me lo están desarreglando más bien).
ResponderEliminarGracias por las risas y me alegra que te guste la historia.
Montse me asombras! mi idea iba por tu primera interpretación, pero ahora que lo dices la segunda bien pudiera ser, no se me había ocurrido. Muchas gracias, con lectores así da gusto escribir. Abrazos.
Ese calculista, que ya sé lo que es, es un visionario.
ResponderEliminarUna buena obra, si señora.
Besitosss
No sé porqué me dio por pensar que se vio a si mismo.
ResponderEliminarEspero que lo consiga. Hoy nos traes un "buena gente". Repasé el texto para ver si había alguna pista de que el pájaro fuera él, pero no.
ResponderEliminarEspero que consiga convencerlos, después del aviso del hombrecillo es lo mejor que puede hacer.
ResponderEliminarBesitos
Buen micro. Con su dosis de misterio eirracionalidad...
ResponderEliminarUN abrazo.
Si, mejor adosados...Espero que el arquitecto que diseño el proyecto se deje aconsejar...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Un calculista capaz de ver el futuro, ¿cuánto tiempo tardará en ser un promotor de éxito?
ResponderEliminarUn micro buenísimo, con un final dulce y prometedor, a la vez que fantástico.
Me quedo por tu casa, Angeles, si no te parece mal.
Lo que más me gusta es esa multidimensionalidad que has conseguido plasmar en el relato, y ese guiño irónico adosado al final :-)
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