Ha
pasado los últimos diez años invisible ante el mundo, preso en la novela que hoy, por fin, presentará. Entra
en la sala donde cientos de personas esperan su discurso. Se acomoda en la
butaca de terciopelo azul, compueba el micrófono, tose, se sirve un poco de
agua.
Sin embargo, no hay ni un ejemplar
de su libro sobre la mesa. El escritor se siente inseguro pues ha ensayado un
discurso en el que abría el libro y leía la dedicatoria. Perplejo, mira a un lado y a otro. Ve a su editor sonriente y a la mujer enjuta que lo acompaña. Parece que no se han dado cuenta. Decide improvisar.
Coge el trozo del aire que queda entre el
micrófono y el borde de la mesa, justo donde debía estar la novela. Lo levanta
con cuidado. Parece mentira pero aquel trozo de aire pesa como el tiempo.
Separa las manos y sostiene el volumen. Lee la dedicatoria y prosigue con la
presentación. Finalizada su alocución, pasa el libro de aire a la mujer enjuta,
y ella lo estrecha junto a su pecho mientras dice que “ el libro es un fiel
reflejo del alma del escritor”. A él le parecen bellas palabras y sonríe.
El
acto termina. Los focos se apagan llevándose la imagen del escritor. El público aplaude. Se oyen ruidos de butacas que se pliegan. Pasos
acercándose hasta el estrado. El murmullo de unas sombras. Al otro lado de la mesa, el editor se frota las manos. Sueña ya con ir por todo el
mundo y convocar a esa gran masa de lectores para los que nadie publica libros.
Qué bueno, Ángeles! Ahí hay un "nicho" de mercado ;-)
ResponderEliminarjejeje sí Pablo, un nicho...por lo menos
EliminarMe dejaste sin letras. Estupendo. ¿Algo de autobiográfico y de sueño-pesadillas en el relato?
ResponderEliminarEn realidad esto empezó siendo otra historia, pero como las letras mandan, salió lo que salió, no hay nada de sueño-pesadilla en esto, acaso un poco de autobiográfico, pero muy poco.
EliminarAbrazos
A mí me gusta la dedicatoria que escribió en mi ejemplar. No dejo de releerla... ¡Las palabras justas!
ResponderEliminarMe encantó, Ángeles. Siempre tan originales tus microrrelatos.
Abrazo va.
Precioso. Ahí estaría yo, en ese público. Gracias por compartir este sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo Ángeles.
Seguramente este caso se ha repetido en más ocasiones que ese otro en el que el escritor sí ha publicado su libro. La historia de la humanidad debe tener más textos no leídos que leídos (y de mejor calidad, en la mayoría de los casos).
ResponderEliminarUn saludo.
Como en todo iceberg, vemos lo expuesto al eterior.
ResponderEliminarPero existe más en la parte oculta.
Exhibe quizás a un privilegiado escritor quien pudo tener selección de elector, al opuesto de otros autores que son como chofer de ambulancia quienes tienen que aceptar de todo.