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sábado, 12 de abril de 2014

Playas de un mar olvidado

Llevo una semana de travesía, inmóvil. Cada mañana salgo de mi tienda y veo el mismo espectáculo: escorpiones que corren a esconderse y saltan como pulgas a zambullirse en la arena, varios arroyos de arena movidos por el viento, y frente a mí, una duna. 
Una duna bella, que se me antoja suave, ocre, mansa, pero a la vez una duna móvil y esquiva. La caricia del sol temprano deja sobre su lomo un rebufo de bestia perezosa, música del desierto. Como cada mañana trato de alcanzarla, de continuar así mi viaje. Pero me resulta imposible. Al poner mi pie a su lado, la duna se aplana, se escapa, y surge un poco más allá. Tampoco es posible rodearla, pues se desplaza al ritmo de mis pasos, justo con ellos. 
Cansada de este baile absurdo, apoyo las manos en la arena y la contemplo, tratando de desentrañar su enigma. Cojo un poco de arena y la dejo caer entre mis dedos, creyendo hacer tiempo, o tratando de perderlo. Es una arena rugosa, que tiene la textura de piel curtida, como escamas. Me tumbo, sin miedo ya a los alacranes, y siento la respiración de la tierra que se infla y se desinfla. Es entonces cuando sé que nunca llegaré a mi destino, cuando tengo la certeza de que el desierto es un enorme camello, con sus chepas. Un animal desolado, que a ratos muda su piel antigua, salpicando de sílice mi rostro. Enterrándome poco a poco en su paisaje, al igual que hace, cada mañana, con sus pulgas. Al igual que hizo, también, con el mar.

19 comentarios:

  1. Pura poesía que acaricia pese a la tremenda dureza de la historia, final explosivo... Con el placer que es leerte lo que te cotizas hija mía. Celebro leer tus letras.

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    1. Nada...no cotizo nada Miguel Ángel :-) Pero qué bien que estás por aquí y además celebras leer mis letras, así da gusto escribir.

      Abrazos

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    1. La hermosura siempre viene de los ojos que miran, en este caso leen

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  3. Además de precioso de leer, se sienten tus palabras en la piel, nos metes en ese desierto. Un abrazo.

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    1. Gracias Ximens por venir, y gracias, gracias por tus palabras.

      Un abrazo

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  4. Angeles, un placer como siempre pasear entre tus palabras.
    Un abrazo fuerte

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  5. Esa arena... ese camello, me recuerdan un poco a Mararía, y un poco al desierto.
    Te voy a dedicar un poema, guapa. Lo verás en fb.
    Besazos

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    1. Lo ví, lo ví y me encantó. Esto de fb deberías irlo guardando en cajitas, como hace Vitus, el presentador... creo que tú también desde ahora serás, eres poeta.

      Besos

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  6. Qué preciosidad Ángeles, es tan bello ese desierto y esa duna, a pesar de su crueldad que se traga todo.

    Besos de arena y cierzo ¡Uy no, que se te meterá en los ojos!
    Besos, muchos besos

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    1. Arena y cierzo, ¿Los Monegros? jajaja nunca he estado allí aunque dicen que hay camellos y todo.

      Besos brujita

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  7. Un placer adentrarse en el mar de tus letras.

    Besos¡¡

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  8. De alguna manera acaban de presentarnos. Veo esto algo solitario y no sé si estas frases van a ser un clamar en el desierto o si solo soy un grano más de arena. Quién sabe si no volveremos a encontrarnos cuando el simún nos levante por los aires...
    By Ana Vidal

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  9. Pues encantada, Juancho, de que nos acaben de presentar. Y sí, seguro que nos volveremos a encontrar, cuando el simún o cuando Ana quiera.

    Abrazos

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  10. Beatriz Gomez Gomez26 de octubre de 2015, 20:41

    Me ha encantado tu mano como reloj de arena.

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