Ernesto pintaba retratos. Los acumulaba tapizando las paredes desconchadas de su estudio. Le gustaba sentirse acompañado decía. Un día me ofreció hacerme uno, para tenerme allí me dijo. Me hizo gracia la propuesta y accedí. Posé durante horas emborrachándome del olor a trementina.
Cuando la obra estuvo acabada, me la mostró orgulloso. Yo quedé perpleja; hubiera sido una obra perfecta de no ser porque dibujó mi nariz algo ladeada. Se lo dije, en parte resignada. No es tan buen retratista, pensé para mis adentros.
Entonces, sujetó el pincel por la férula como tratando de obtener así mayor precisión, untó el pelo de hurón en óleo, y se acercó con cuidado hasta el lienzo, dando pasos cortos pero decididos. Luego arrastró todo su brazo hasta el retrato y, con mimo, fue introduciendo el pincel, el brazo, los hombros, hasta que todo él desapareció.
Al rato, empecé a notar un leve cosquilleo que me hizo estornudar, seguido de un crujido muy adentro de mi cara.
Increíble, el final me ha parecido sorprendente.
ResponderEliminarAbrazos
Vaya con el pintor!! menudo retoque que hizo :-D
ResponderEliminarUn abrazo al óleo.
Espectacular Ángeles!!!
ResponderEliminarPintor y cirujano plástico, ja ja
Me encanta la imagen creada, la paladeo junto con el texto
Abrazos
Genial. Genial.
ResponderEliminarUn apunte: ¿Es posible que la primera frase, en otra versión anterior, fuera "Ernesto pintaba retratos"? Así "retratos" concordaría con "los acumulaba" y con "hacerme uno".
Genial, ¿te lo había dicho?
Saludos
G.
Ains! me ha dolido la nariz! :-). Asombrosa historia. Saludos al oleo
ResponderEliminarCreo que a eso le llaman hiperrealismo, ¿no?
ResponderEliminarUn beso
:)
Recojo tu pincelada Gabriel, y lo cambio, voy pues a meterme dentro del microrrelato, espero que no cruja nada. Gracias.
ResponderEliminarSin duda Marina, este pintor, debía ser un maestro del hiperrealismo. Besos.
ResponderEliminarmala gente el ernesto ese... te ha roto la nariz!
ResponderEliminarSí que se metía dentro de la pintura, Ernesto. Me gustó, Ángeles.
ResponderEliminarPuñadito de besos.
Un artista que trabajaba en profundidad ciertamente. Me gustó!
ResponderEliminarSaludos!
Muy bueno, está muy bien llevado y el giro final sorprende un montón.
ResponderEliminarEnhorabuena, Ángeles.
Un abrazo.
Oye, que lo releo y me parece buenísimo. Todo lo que hay detrás del hecho de torcer una nariz desde dentro... El concepto es flipante. Felicidades.
ResponderEliminarY ya está. La fuerza de este relato reside, creo yo, en el salto que ejecuta el pintor entre la representación y el hecho en sí. Eso le da un contenido filosófico muy crítico y por tanto muy interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena,
PABLO GONZ
Eso le pasa por tocar las narices :-)
ResponderEliminarVaya con el pintor! Muy bueno el micro
ResponderEliminarTe queda muy bien el relato.
ResponderEliminarun placer pasar por tu casa.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
Parece que después de todo, el pintor sí era un buen retratista.
ResponderEliminarEs un micro realmente mágico, me ha gustado mucho.
Saludos.
Simplemente genial. Es decir... muy tuyo. Ya no sé si los sustos han vuelto o estas son tus vacas flacas. En cualquier caso, sigo gozando al leerte. Como siempre.
ResponderEliminarAhorita, con tu permiso, voy a releerte para seguir gozándote.
Kum, a raíz de tu correo, recordé que los "sustos" seguían ahí como forma de inspiración, y, por otro lado, el hecho de seguir sacando a pastar a las letras de manera diaria, coman o no, las va engordando poco a poco. Esperaremos que estén rollizas para mostrarlas...
ResponderEliminarGracias.
Este micro es de los que tienen ese punto que sobresale de la mayoría, de los que piden una página de papel para vivir a gusto. Buena la idea y muy bien escrito.
ResponderEliminarEl comentario de Cybrghost también tiene su punto...
Gracias Elisa, este micro es muy especial para mi, y si yo tambien creo que necesita esa hoja para vivir a gusto.
ResponderEliminarAbrazos
Inquietante.
ResponderEliminarUn beso.
está muy muy bueno, me traía algo perdido al principio pero el final hizo crac!! en mi cabeza.
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