Las batallas que se lidiaron en el punto final, nadie las leerá jamás. Tal vez, es la marca que dejan todas las palabras que se abrazan sabedoras de que nunca serán leías, que el fin ha llegado antes de que ellas salieran a escena, y se encogen de pena y se agrupan sin más. O, tal vez, se escapan a otros libros, a otras historias, por ese punto negro al que sigue el epílogo, también a deshora, también con su punto final.
Sin duda son iguales en forma al punto y seguido, pero son distintos en fondo, porque son un dique impidiendo que se desparrame la historia, que siga su curso que tal vez acabó.
Los suspensivos nos cogen de la mano y nos hacen soñar con las palabras ausentes, alargando en el tiempo un significado que queda oculto a la espera de ser leído, como una carta que no llega pero que indudablemente viaja hacía ti.
Y los dos puntos mostrándonos el paso de un ejército de palabras vestidas de negro, como una procesión las ánimas que descubren un atajo en el camino, una aclaración, tal vez una evidencia, o no, mostrada sin pudores.
Los puntos son reuniones, al fin y al cabo, aunque la historia intenta vivir ajena a sus pasos, casi ignorándolos, tan necesario dar con el correcto. Son cruce de vías, intersecciones ignoradas, señal de partida y llegada.
Son páramos de silencio en medio del ruido.
Un verdadero puntazo. O 10. Me quedo con los suspensivos.
ResponderEliminarMe has dejado pensando, Ángeles.
ResponderEliminarYo me quedo, sin dudarlo con los puntos suspensivos... me encanta esa sensación de poder soñar y alargar en el tiempo, de un final que no se sabe con certeza cuál será, pero que sea cual sea, será el que tenga que ser.
Besos...
...Original oda al punto...abrazos...
ResponderEliminarDelicioso del "Los" al "ruido". El último párrafo es...
ResponderEliminarMe recordó algo que escribió hace tiempo alguien a quien quiero y admiro,... hablaba sobre un punto. El final.
Bueno, no hace falta que te diga cuáles son mis puntos favoritos,... no?
Besos suspensivos.
Precioso Ángeles. Coincido con Pedro, una oda al punto original e impecable.
ResponderEliminarUn abrazo
Los dos puntos tienen tela.
ResponderEliminarBlogsaludos
Qué bonito Ángeles. Sin embargo, no hay que desestimar la imaginación que sigue al punto final. También puede verse como el mirador a partir del cual no puedes seguir pero permite contemplar las vistas.
ResponderEliminarNada, era por chinchar un poco ;-)
Por cierto, me encantan los puntos suspensivos también a mí, y eso que dicen por ahí los entendidos que restan estilo...
Escribes de una manera que da taaaanta pena llegar al punto y final. Menos mal que se que las palabras volverán a su sitio en breve en este grano de arena. Me encanta
ResponderEliminarSaludillos
Oda al punto. Poesía pura libre de métruca. Y punto final.
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