Dedicado a Juanlu
Muchas felicidades!!!
El día que nació el cielo era gris. Las nubes tapiaban el sol, y los arcoíris soportaban resignados el blanco y el negro, como dos cargas a lomos de una mula. Su padre miraba el paisaje desde la ventana de un hospital del sur, donde la lluvia es infrecuente y el sol siempre ilumina las blancas fachadas.
Cuando lo cogió entre sus brazos, con sus primeras respiraciones, el niño comenzó a llenar el aire de colores dibujando una amplia sonrisa.
Hasta hoy, el artista regala dibujos amigos. Y aseguran los de su pueblo, que a su paso, va dejando una estela de colores, y en otoño las hojas de los árboles se posan en sus manos para que les dibuje la primavera.
Y es que ya cuando el chiquillo iba a nacer, su madre no rompió aguas sino acuarelas.
¡Qué maravillosa dedicatoria!
ResponderEliminarY ese final es sublime, Ángeles.
Te felicito encarecidamente.
Un abrazo.
Sin palabras...una sonrisa atraviesa mi rostro y mi alma.
ResponderEliminarUn beso!
Por cierto, lo subo a mi blog y a facebbok, orgulloso de tan bonitas palabras. Que sepas que a Lolica, mi mujer, le ha encantado.
ResponderEliminarSe lo he dicho ya a Juanlu, ¡¡¡¡precioso texto de palabras y colores!!!! Es un placer leerte Ángeles, pero más haberte conocido in person :-)
ResponderEliminarBesotes
Jope, que maravilla!!!!! Así, exactamente así me imagino yo a Juanlu
ResponderEliminarAbrazos y felicitaciones
"no rompió aguas sino acuarelas" Qué frase tan inspirada para cerrar una historia tan bonita. Ha sido un placer leerte, otra vez. Abrazos.
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